Aeropuertos venezolanos: nido de pájaros

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Aeropuerto Internacional José Antonio Anzoátegui de Barcelona 


No tenía idea de la importancia de la palabra Aeropuerto, hasta tanto me dí cuenta gracias a una apreciada amiga y colega fotógrafa, quien hacía referencia de las imposibilidad de poder acostarse en el suelo o en una silla, para pasar la noche en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza - Ministro Pistarini (EZE), de la ciudad de Bueno Aires (Argentina).

Tal parece que los contrastares existen en dos países (Venezuela y Argentina) – sin mencionar el resto de suramerica – en la cultura y funcionamiento de los terminales aéreos. Sin ir más allá de la frontera carioca,  los aeropuertos venezolanos con nombres de próceres reflejan la idiosincrasia e incluso la poca practica de  metodologías de calidad.

La experiencia vivida durante el 2012: un recorrido por los terminales aéreos de Maracaibo, Valencia, Vargas, Isla de Margarita, Maturín y Barcelona , dejó sin duda el criterio y la suma de muchas opiniones a favor o en contra del mal funcionamiento. Siendo este último en  la ciudad de Barcelona (Aeropuerto Internacional General José Antonio Anzoátegui), deja mucho que desear.

La primera de cuatro experiencias en los terminales aéreos, se inició con sentimientos de rechazo e impotencia. Tal como lo expresan en las agencias de viajes, el pasajero debe llegar mínimo una hora de antelación al "check in" para la espera del abordaje. Durante un vuelo a la ciudad de Porlamar (Estado Nueva Esparta) perdí el registro previo para subir al avión el cuál superó la hora. Consciente de ello asumí la responsabilidad y osadía, al mismo tiempo de anotarme a una lista de espera.

No me encontraba solo en la odisea, una chica morena, alta y con buen gusto para los viajes, decidió asumir el reto de viajar en un taxi conmigo, el cual nos cobró Bs 300 ($25) para el traslado hacia el aeropuerto desde Anaco, ciudad ubicada en la zona centro del estado. Ambos nos encontrábamos en la situación de: “tengo que llegar esta noche a la isla”. Esa tarde- noche el cielo se encontraba nublado, el pronostico del tiempo se había cumplido, una torrencial lluvia hacía el viaje más lento, largas colas y la mirada del reloj hicieron de la experiencia un literal "tortura". Faltaban 15 minutos para cumplirse el tiempo estipulado por las aerolineas y nos encontrábamos en las puertas del terminal.

Llegamos tarde, esperábamos un milagro, sin embargo la chica que me acompañaba aplicó una estrategia, se acercó a un hombre de la aerolínea de Avior y a simple vista las ventajas de una prominente mujer hicieron aparente efecto, al venir a mi dijo: “amigo tenemos que esperar hasta mañana y en lista de espera, el chico de Avior me garantiza los puestos si estamos aquí a las 4 de la mañana”.

Tenía dos comodines, pasar la noche con un amigo o la familia, al menos ese aspecto lo tenía fácil, sin embargo al darme cuenta que no tenía lo suficiente para salir en taxi del aeropuerto, ya que el servicio cuesta lo mismo que viajar a la ciudad de Anaco, es decir 300 bolívares hacia Puerto La Cruz o Lechería, a las 10 de la noche, no tenía otra opción que quedarme; otra elección hubiese sido ir al cajero (sólo uno del banco de Venezuela) pero este no tenía dinero.

¡Paciencia! Fue lo primero que pensé después de tanto estrés. Asumí quedarme en la terminal aérea,  lo dejé saber a la chica, quien no tenía otra opción que quedarse. La batería del teléfono móvil ya mostraba señales de necesidad de carga, en la búsqueda de uno noté que pocos toma corrientes funcionan, apenas  hay cuatro asientos de metal dignos para la tortura física; y la gran pregunta, ¿podemos quedarnos allí?. Un vigilante amablemente respondió a la duda con: si pueden quedarse pero es su responsabilidad.

El teléfono conectado al enchufe de la máquina para envolver maletas, la chica y yo nos ubicamos en los temibles asientos sólo nos quedó pasar la noche entre una buena tertulia.  Pasadas la 4:00am las lista de espera era anunciada para después de las siete de la mañana. Nos quedó esperar, por el amigo de la chica,  quien lograra sacar a última hora dos boletos. Resultado ambos llegamos a la ciudad de Porlamar sin contratiempos.

Aquí vamos de nuevo
Otra de las experiencias que resultó ser la más bizarra, fue un viaje (por segunda ocasión) desde el mismo aeropuerto ya citado, hacia la isla. En esta oportunidad viajaba solo.  Venía de recorrer varios lugares para poder viajar a la isla de Margarita, desde las empresas de ferry (Conferry, Navibus y Gran Cacique) hasta llegar al Internacional José Antonio Anzoátegui, pues allí con la línea área Avior me dispuse a optar por la lista de espera. Ya no estaba la chica para hablar con su amigo, me encontraba solo, con ánimos de salir rápido de la situación, opte por hablar con un hombre para la lista de espera.

Minutos después de hablar con el hombre, se me acerca este al buen estilo de una película del agente 007 informándome que sí existían puestos, pero que debía cancelar 500 bolívares adicionales al pasaje. Traducción: este hombre se había convertido de un servidor público a un chantajista, lo cual evidenciaba la mala praxis de muchas de las compañías venezolanas por el sobreprecio de boletos.

Pese a ello cito que, hoy día continúan con el mediocre control. Para el mes de febrero (05-02-2013) el viceministro de  Transporte Acuático y Aéreo, Pedro Castro, asegura estar en conocimiento del caso, agregando que comprometidos y conscientes de la situación. Estamos dispuestos a trabajar con la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional y establecer un reglamento", dijo Castro durante una reunión con diputados de la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional, según reseñó la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).

Consuelo
Todo indica que un reglamento evitaría, que algún trabajador de las 76 empresas de transporte aéreo aplique un sobreprecio de los boletos comerciales. El anuncio del viceministro lo realizaba durante la primera temporada de asueto vacacional.

Desde el Gobierno Nacional su preocupación más que, ocupación es cambiar leyes o crear reglamentos para mejorar el sistema de transporte aéreo. ¡Ah! Pero existe otro aspecto que hay que tomar en cuenta, casi el 90% de los terminales aéreos, desde la infraestructura, servicios y calidad de atención al cliente, son pésimos en comparación a otro países como Argentina por ejemplo.

La experiencia de la amiga fotógrafa, al menos me llena de consuelo y satisfacción, de tan solo conocer que existen criterios rigurosos para mantener una “apariencia” aparente de la primera puerta de una país: un Aeropuerto.

Lamento que la amiga “La Margueza” no la dejaran dormir al menos en suelo y pasar una noche más relajada. Es sin duda una reflexión, por más país desarrollado o mal llamado subdesarrollado, no existen aeropuertos perfectos, sino personas y gobiernos conscientes de un buen trabajo que a su vez afectan o ayudan al colectivo.

By Donny Gonzalez - 2013

2 comentarios:

Camila dijo...

Debido a que me interesaba la idea de obtener Pasajes a Venezuela para las próximas vacaciones, estaba averiguando sobre los aeropuertos de dicho país, para saber como es y con que servicios cuenta

Unknown dijo...

Sugerencias Camila, llegar temprano al terminal aereo, no dejar que nadie te extorsione, no usar lineas de taxi clandestinas (en las entradas de la mayoría de los areopuertos venezolanos existen publicadas las tarifas), importante confirmar el voleto un día antes y 9 horas previo al vuelo, embalar o cubrir las maletas con plástico y mucho éxito en tus vacaciones, procura visitar el Zulia.