Autobiografía
Eterna primavera que aun espera la llegada del sol en pleno occidente anuncia la crecida de ríos provenientes del centro, una Amazona que sufre por el dolor de un hijo que viene en camino el 28 de mayo de 1982, en sabaneta y no de Barinas. Si mi vida fuese una película creo que existiría una sola butaca, un solo cine porque el único espectador que aceptaría mi realidad seria yo.
El ser humano experimenta situaciones extremas, bien sea en la niñez, adolescencia o adultos, en mi caso fue durante mi infancia en Agosto de 1987, un inesperado accidente que involucro a seres queridos como mi abuela Frine de Valbuena, hecho ocurrido en una pequeña cocina donde mis hermanos(a) y madre veían como me quemaba la cara, por un sartén con agua y aceite caliente.
Fue todo muy rápido como si no tuviera tiempo para sentir tan terrible dolor; pasaron meses y con ello venia la difícil tarea de seguir los estudios luego de constantes operaciones quirúrgicas en pabellones fríos, blancos e incluso llenos de bendiciones. No pasaron más de 4 meses para retornar la vida cotidiana, sin embargo los procesos de adaptación y curación fue lo más complicado debido a temores por parte del Dr. Manuel Alvarado – medico que me atendió – a una sobre exposición al sol por mucho tiempo.
Mis padres, Irama y Douglas, quienes pastorean a cuatro pequeños: una leona, un carnero, dos gemelos y dos peces, nos han llevado por la vida al recto sendero de los buenos valores humanos. Pasaron años de estudios en colegios, uno aquí y otro allá pero al mismo tiempo se hacia evidente la metamorfosis de cuerpo y mente haciéndose más la necesidad de aceptar estos cambios.
Los retos y miedos no se hicieron esperar, afloraron entorno a la vida pero no por ello fue motivo para dejarme caer, ante tanta turbulencia en la adolecensia, que de una u otra forma fue etapa donde aprehendí y fue base para un serie de convicciones o maneras de pensar en la personalidad.
Siempre ha existido la necesidad de expresarme sin ataduras o miedos, y que en ocasiones puedan chocar con barreras que me encierran es algo que sucede a cualquiera; en medio de tanta confusión el proceso de cambio de un liceo a una universidad fue quizás, también momentos de gran trascendencia.
Año 1999, efecto Y2K, las Spice Girls conquistando el mundo y una madonna llena de luz, mundo agitado que reflejaba mi extraño e irreverente comportamiento que para esa época no era de asombrar fue, tal vez el tiempo de espera y las ansias de comenzar un nueva etapa en mi vida, así entonces logre concretar mi meta, la de entrar a estudiar Comunicación Social, en LUZ o URBE me daría lo mismo, pero la falta de requisitos burocráticos ante la sociedad del conocimiento (LUZ) me impulsaron a estudiar en la URBE.
Fueron dos años de inactividad, pero que quizás sirvieron para canalizar y explorar experiencias, ya para septiembre del año 2001 logre comenzar la carrera universitaria que tanto añoraba, sucedió todo rápido como un cometa a punto de chocar, grandes amigos conocí fuera y dentro de mi entorno universitario, sin embargo el cometa estaba cerca, logrando que interrumpir los estudios debido a los acontecimientos políticos y económicos que para febrero-abril del 2002, sucedían afectando a todo mi entorno familiar.
Una desgracia tan grande como puede afectar a cosas tan importante para otros, no obstante todo fue corriendo por su cause, la depresión, angustia envolvían mis pensamientos, así como en ocasiones la esperanza que anunciaba luz en el túnel.
Pasaron días, meses, hasta julio del 2004 cuando un nuevo rumbo me llevaba a tierras orientales, sol, arena y mucha playa. Fue quizás el momento para desterrar algunas situaciones que me ahogaban y que era necesario dejarlas en el mar abierto; personas que conocí y que aun son especiales, pero solo una lleno en el momento, aquello que tanto anhelaba.
No paso mucho tiempo para que el sueño terminara, hasta que un presentimiento de un día a otro apareció, la estadía en tierras orientales había finalizado, la tierra de la china y el lago sucio me llamaban, para lo que seria la espera de lo que yo llamaría “cosa del destino”. Una idea fugaz pero que quizás se convirtió realidad con la llamada beca JEL hizo posible seguir con los estudios y en el sitio menos esperado aun. Como toda prueba “divina” tiene su precio, y el precio fue dudar, duda que poco a poco consumió la esperanza. Hoy veo los resultados estoy ahí donde siempre quise estar, con o sin desventajas.
Ojala, tuviera la capacidad de lograr escribir mi autobiografía hasta el final, mi muerte, pero creo que aun no soy lo suficientemente capaz, de poder escribir lo que realmente ha sucedido en vida durante estos 24 años de existencia, creo que ese final escrito, sería con una muerte de tal magnitud que hasta el mismo dios le daría pena recibirme al reino de los cielos, y lo único que le diría al llegar: “Dios te he venido a visitar, solo vengo de vacaciones”.
No creo que exista una autobiografía exacta, pero si las palabras que las describan porque hay cosas en la vida que a dios ni siquiera quisiera saber.
Eterna primavera que aun espera la llegada del sol en pleno occidente anuncia la crecida de ríos provenientes del centro, una Amazona que sufre por el dolor de un hijo que viene en camino el 28 de mayo de 1982, en sabaneta y no de Barinas. Si mi vida fuese una película creo que existiría una sola butaca, un solo cine porque el único espectador que aceptaría mi realidad seria yo.
El ser humano experimenta situaciones extremas, bien sea en la niñez, adolescencia o adultos, en mi caso fue durante mi infancia en Agosto de 1987, un inesperado accidente que involucro a seres queridos como mi abuela Frine de Valbuena, hecho ocurrido en una pequeña cocina donde mis hermanos(a) y madre veían como me quemaba la cara, por un sartén con agua y aceite caliente.
Fue todo muy rápido como si no tuviera tiempo para sentir tan terrible dolor; pasaron meses y con ello venia la difícil tarea de seguir los estudios luego de constantes operaciones quirúrgicas en pabellones fríos, blancos e incluso llenos de bendiciones. No pasaron más de 4 meses para retornar la vida cotidiana, sin embargo los procesos de adaptación y curación fue lo más complicado debido a temores por parte del Dr. Manuel Alvarado – medico que me atendió – a una sobre exposición al sol por mucho tiempo.
Mis padres, Irama y Douglas, quienes pastorean a cuatro pequeños: una leona, un carnero, dos gemelos y dos peces, nos han llevado por la vida al recto sendero de los buenos valores humanos. Pasaron años de estudios en colegios, uno aquí y otro allá pero al mismo tiempo se hacia evidente la metamorfosis de cuerpo y mente haciéndose más la necesidad de aceptar estos cambios.
Los retos y miedos no se hicieron esperar, afloraron entorno a la vida pero no por ello fue motivo para dejarme caer, ante tanta turbulencia en la adolecensia, que de una u otra forma fue etapa donde aprehendí y fue base para un serie de convicciones o maneras de pensar en la personalidad.
Siempre ha existido la necesidad de expresarme sin ataduras o miedos, y que en ocasiones puedan chocar con barreras que me encierran es algo que sucede a cualquiera; en medio de tanta confusión el proceso de cambio de un liceo a una universidad fue quizás, también momentos de gran trascendencia.
Año 1999, efecto Y2K, las Spice Girls conquistando el mundo y una madonna llena de luz, mundo agitado que reflejaba mi extraño e irreverente comportamiento que para esa época no era de asombrar fue, tal vez el tiempo de espera y las ansias de comenzar un nueva etapa en mi vida, así entonces logre concretar mi meta, la de entrar a estudiar Comunicación Social, en LUZ o URBE me daría lo mismo, pero la falta de requisitos burocráticos ante la sociedad del conocimiento (LUZ) me impulsaron a estudiar en la URBE.
Fueron dos años de inactividad, pero que quizás sirvieron para canalizar y explorar experiencias, ya para septiembre del año 2001 logre comenzar la carrera universitaria que tanto añoraba, sucedió todo rápido como un cometa a punto de chocar, grandes amigos conocí fuera y dentro de mi entorno universitario, sin embargo el cometa estaba cerca, logrando que interrumpir los estudios debido a los acontecimientos políticos y económicos que para febrero-abril del 2002, sucedían afectando a todo mi entorno familiar.
Una desgracia tan grande como puede afectar a cosas tan importante para otros, no obstante todo fue corriendo por su cause, la depresión, angustia envolvían mis pensamientos, así como en ocasiones la esperanza que anunciaba luz en el túnel.
Pasaron días, meses, hasta julio del 2004 cuando un nuevo rumbo me llevaba a tierras orientales, sol, arena y mucha playa. Fue quizás el momento para desterrar algunas situaciones que me ahogaban y que era necesario dejarlas en el mar abierto; personas que conocí y que aun son especiales, pero solo una lleno en el momento, aquello que tanto anhelaba.
No paso mucho tiempo para que el sueño terminara, hasta que un presentimiento de un día a otro apareció, la estadía en tierras orientales había finalizado, la tierra de la china y el lago sucio me llamaban, para lo que seria la espera de lo que yo llamaría “cosa del destino”. Una idea fugaz pero que quizás se convirtió realidad con la llamada beca JEL hizo posible seguir con los estudios y en el sitio menos esperado aun. Como toda prueba “divina” tiene su precio, y el precio fue dudar, duda que poco a poco consumió la esperanza. Hoy veo los resultados estoy ahí donde siempre quise estar, con o sin desventajas.
Ojala, tuviera la capacidad de lograr escribir mi autobiografía hasta el final, mi muerte, pero creo que aun no soy lo suficientemente capaz, de poder escribir lo que realmente ha sucedido en vida durante estos 24 años de existencia, creo que ese final escrito, sería con una muerte de tal magnitud que hasta el mismo dios le daría pena recibirme al reino de los cielos, y lo único que le diría al llegar: “Dios te he venido a visitar, solo vengo de vacaciones”.
No creo que exista una autobiografía exacta, pero si las palabras que las describan porque hay cosas en la vida que a dios ni siquiera quisiera saber.
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