Prólogo: Una brújula para periodistas

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Extraido del libro: CryptoPeriodismo (Manual Ilustrado Para Periodistas) de Nelson Fernandez y Pablo Mancini (descargar libre)

Prólogo: Una brújula para  periodistas

Todas las cosas son palabras del
idioma en que Alguien o Algo, noche y día,
escribe esa infinita algarabía
que es la historia del mundo. En su tropel
pasan Cartago y Roma, yo, tú, él,
mi vida que no entiendo, esta agonía
de ser enigma, azar, criptografía
y toda la discordia de Babel.
Detrás del nombre hay lo que no se nombra;
hoy he sentido gravitar su sombra
en esta aguja azul, lúcida y leve,
que hacia el confín de un mar tiende su empeño,
con algo de reloj visto en un sueño
y algo de ave dormida que se mueve.
“Una brújula”, Jorge Luis Borges 
A la espalda de Winston, la voz de la telepantalla 
seguía murmurando datos sobre el hierro y el 
cumplimiento del noveno Plan Trienal.

La telepantalla recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido 
que hiciera Winston superior a un susurro, era captado 
por el aparato. Además, mientras permaneciera dentro 
del radio de visión de la placa de metal, podía ser 
visto a la vez que oído. 

Por supuesto, no había manera 
de saber si le contemplaban a uno en un momento dado. 
Lo único posible era figurarse la frecuencia y el plan 6
que empleaba la Policía del Pensamiento para controlar 
un hilo privado. Incluso se concebía que los vigilaran 
a todos a la vez. Pero, desde luego, podían intervenir 
su línea cada vez que se les antojara.

“1984”, George Orwell
La ficción, qué duda cabe, se anticipó de manera 
profética innumerables veces a la realidad. Y no sólo 
en lo que se refiere a cuestiones tecnológicas o 
científicas, sino también (y más bien) a aspectos 
sociológicos y filosóficos. 1984, la fantástica novela 
distópica que publicó George Orwell en 1949, debe ser 
uno de los textos más citados y divulgados de la 
historia contemporánea. Por la academia y por la calle; 
en sesudas tesis universitarias y también en anodinos 
paneles televisivos.

A pesar de que Orwell habló de telepantallas y 
jamás imaginó algo parecido a una red de redes (ese 
mérito en la ficción podríamos adjudicárselo a Murray 
Leinster, Fredric Brown, Isaac Asimov o William Gibson), 
con su nihilismo y desencanto logró predecir algunas de 
las características más riesgosas que configura 
Internet: su ubicuidad y omnipresencia (¿policial?).
Esa mirada paranoide es también la primera 
sensación que despiertan ya desde la Introducción 
Nelson Fernández y Pablo Mancini cuando explican porqué 
y para qué hacer un Manual Ilustrado de 
CryptoPeriodismo. (“Si algo es fácil actualmente es 
monitorear y espiar las actividades de un periodista”, 
nos alarman). Pero, por suerte para el lector, su 
mirada no se agota en el pesimismo inicial cuando 
describen con información y sin mitología la 7
militarización de la Red en el mundo y cómo nos espían 
en la Argentina, temas que deberían (preo)ocuparnos más 
a periodistas, blogueros, defensores de derechos 
humanos, abogados, intelectuales, políticos, académicos, 
etc.
Internet, las redes sociales y las herramientas 
digitales son aliados fundamentales para la tarea 
profesional de los periodistas. Trabajemos en el 
formato que trabajemos, medios tradicionales o nuevos 
medios, el ecosistema digital nos sorprende cada día 
con novedades y nuevas posibilidades. 
Sin embargo, los periodistas tenemos la obligación 
de ser conscientes de los riesgos crecientes que 
también aparecen en el horizonte con el uso de las 
nuevas tecnologías digitales. En eso se basan los 
autores del Manual para convencernos de que periodistas 
y medios debemos adaptarnos a esta nueva realidad sin 
volvernos (tan) paranoicos.
Por la lógica y los procedimientos profesionales 
que se involucran en nuestra tarea, y por los valores 
éticos y la responsabilidad social que implica en la 
relación que tenemos con los ciudadanos en un sistema 
democrático, los periodistas debemos necesariamente 
conocer y asumir como parte de nuestra actividad 
cotidiana los nuevos peligros a los que nos exponemos. 
Peligros que directa y/o indirectamente pueden afectar 
tanto a la materia prima con la que trabajamos, la 
información, las fuentes, los documentos, así como a 
nuestra reputación y a la de los medios en los que 
trabajamos, y a nuestros colegas. 
En la paranoia orwelliana cualquier sonido o 
movimiento de los habitantes de “Oceanía” era 8
registrado y escuchado por la Policía del Pensamiento, 
y luego ese “hilo informativo” permitía a los 
funcionarios del Partido Único apresar, torturar y 
doblegar moralmente a los díscolos o rebeldes como 
Winston Smith, para que, traicionados y derrotados, 
acepten la “verdad” impuesta por el Gran Hermano. 
Para vencer esa persecución permanente, dice Orwell 
casi al comienzo de su novela, los “proles” tenían que 
vivir con la seguridad de que todos sus movimientos 
serían observados, y con la certeza de que ese hábito 
finalmente se terminaba convirtiendo casi en un 
instinto de supervivencia.

Este Manual es una brújula, que permite señalar en 
varias direcciones los hábitos que deberíamos asumir 
los periodistas como seguras salidas al laberinto que 
presenta el uso (y abuso) de la tecnología, seamos 
expertos o ignaros. Con sutiles diferencias respecto 
del mundo que pinta Orwell, pero con la presencia de 
ciertos mecanismos perfeccionados de control y 
espionaje que hubiesen asustado aún más al autor inglés.

Asuntos casi siempre complejos como generar 
contraseñas seguras, gestionar claves, armar sistemas 
de correos no vinculantes, encriptar el contenido de 
los chats y de los discos, anonimizar el uso de 
Internet, asegurar el uso de los teléfonos celulares, 
etc. aparecen explicadas paso a paso en el Manual de 
CryptoPeriodismo e ilustradas de una manera didáctica y 
comprensible, aplicable para periodistas de todo el 
mundo.

Mancini y Fernández, especialistas en el tema, 
ofrecen con amplia generosidad toda su experiencia, 
claves, pistas, atajos, vericuetos y soluciones para 9
que periodistas y medios de todas las latitudes 
entendamos y nos adaptemos a esta nueva realidad.
Andrés D´Alessandro. 

Director Ejecutivo del Foro de Periodismo Argentino 
(Fopea.org). Licenciado en Ciencias de la Comunicación 
(UBA). 
 


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