Ilustración: gabriel moreno
Algunos científicos y grandes pensadores de la psicología destacan, que la influencia de la música clásica o de “sinfonías” en el desarrollo de los fetos en el vientre materno, hace suponer que dichas armonías musicales dejen efectos durante el desarrollo del recién nacido. En Venezuela, existe y quizás algunos ya estén en camino, grandes artistas, científicos, escritores entre otros, dispuestos a dejar una pequeña o grande huella en la sociedad venezolana.
Gustavo Dudamel, 29 años, oriundo de la ciudad Barquisimeto, estado Lara. Hoy llamado prodigio en el arte de dirigir las principales orquestas sinfónicas del mundo, presidiendo la Sinfónica Juvenil Nacional de Venezuela y la filarmónica de Los Angeles, California, por nombrar algunas. Una gira nacional que cerró en la ciudad de Maracaibo con una imponente e inesperada presencia de alrededor de 20 mil espectadores en el estadio Luis Aparicio; dejo sin precedentes un impacto y furor en lo que podríamos llamar la: “Dudamelmania”.
La cita, pautada a las 5:00 de la tarde. Infinidad de ansiosos esperaban la entrada al recinto desde muy temprano, no sin antes aportar una ayuda al pueblo de Haití con insumos no perecederos. Requisito fundamental para presenciar el concierto, dedicado exclusivamente al pueblo caribeño, afectado por el terrible terremoto del pasado 12 de Enero. La solidaridad estuvo siempre presente, recaudando según fuentes oficiales unas 120 toneladas de alimentos.
¡Se están colando¡
No cabe duda que el venezolano(a) poseen cierto comportamiento de ansiedad al verse comprometido la garantía de disfrutar de sus artistas favoritos, gratis. En todo caso, no se trataba de un artista común. No obstante, la perspicacia y suerte de hacer uso de los mal llamados “colados”, el equipo de la Red Veis, hubiese tenido que disfrutar el evento en las escaleras del estadio.
Fuerte presencia de efectivos militares, como si se tratara de un evento de carácter gubernamental. Insólitos, por así decirlo, ya que no entra dentro del contexto; jordanadas de actualización del Consejo Nacional Electoral (CNE) así como, cubículos de la empresa petrolera estatal PDVSA. Toda su modesta presencia, estaba justificada por ser los entes auspiciantes del concierto.
Infinidad de personas esperando la entrada desde muy temprano bajo el sol clemente de Maracaibo exigían, de manera cívica, la entrada al recinto, cuya hora pautada era a las 3:00pm, para ese momento ya eran pasadas las 5:00 de la tarde. ¡Al fin¡ Grito alguien. Como si animales se tratase, todos apertrechados entraban consiguiendo la descarada sorpresa de no conseguir asientos disponibles y efectivos de los bomberos y otros entes, apostados en la puerta sin hacer ningún tipo de control.
Ya adentro, inspeccionados bajos “fuertes medidas de seguridad” (detector de metales, que sonaban a cada momento), se logro lo cometido, entre empujones y gritos, llegar a las escaleras y con las puertas cerradas. En todo caso, en la mira se encontraba una zona preferencial, de color naranja y con presencia de “guardaespaldas” (sin identificación) resguardando los asientos a lo que podríamos llamar: exclusividad Roja-Rojita.
Gustavo Dudamel, 29 años, oriundo de la ciudad Barquisimeto, estado Lara. Hoy llamado prodigio en el arte de dirigir las principales orquestas sinfónicas del mundo, presidiendo la Sinfónica Juvenil Nacional de Venezuela y la filarmónica de Los Angeles, California, por nombrar algunas. Una gira nacional que cerró en la ciudad de Maracaibo con una imponente e inesperada presencia de alrededor de 20 mil espectadores en el estadio Luis Aparicio; dejo sin precedentes un impacto y furor en lo que podríamos llamar la: “Dudamelmania”.
La cita, pautada a las 5:00 de la tarde. Infinidad de ansiosos esperaban la entrada al recinto desde muy temprano, no sin antes aportar una ayuda al pueblo de Haití con insumos no perecederos. Requisito fundamental para presenciar el concierto, dedicado exclusivamente al pueblo caribeño, afectado por el terrible terremoto del pasado 12 de Enero. La solidaridad estuvo siempre presente, recaudando según fuentes oficiales unas 120 toneladas de alimentos.
¡Se están colando¡
No cabe duda que el venezolano(a) poseen cierto comportamiento de ansiedad al verse comprometido la garantía de disfrutar de sus artistas favoritos, gratis. En todo caso, no se trataba de un artista común. No obstante, la perspicacia y suerte de hacer uso de los mal llamados “colados”, el equipo de la Red Veis, hubiese tenido que disfrutar el evento en las escaleras del estadio.
Fuerte presencia de efectivos militares, como si se tratara de un evento de carácter gubernamental. Insólitos, por así decirlo, ya que no entra dentro del contexto; jordanadas de actualización del Consejo Nacional Electoral (CNE) así como, cubículos de la empresa petrolera estatal PDVSA. Toda su modesta presencia, estaba justificada por ser los entes auspiciantes del concierto.
Infinidad de personas esperando la entrada desde muy temprano bajo el sol clemente de Maracaibo exigían, de manera cívica, la entrada al recinto, cuya hora pautada era a las 3:00pm, para ese momento ya eran pasadas las 5:00 de la tarde. ¡Al fin¡ Grito alguien. Como si animales se tratase, todos apertrechados entraban consiguiendo la descarada sorpresa de no conseguir asientos disponibles y efectivos de los bomberos y otros entes, apostados en la puerta sin hacer ningún tipo de control.
Ya adentro, inspeccionados bajos “fuertes medidas de seguridad” (detector de metales, que sonaban a cada momento), se logro lo cometido, entre empujones y gritos, llegar a las escaleras y con las puertas cerradas. En todo caso, en la mira se encontraba una zona preferencial, de color naranja y con presencia de “guardaespaldas” (sin identificación) resguardando los asientos a lo que podríamos llamar: exclusividad Roja-Rojita.
Empezó el concierto.
No terminaba de entrar el ahora, doctor Dudamel – valga que la universidad del Zulia hace tus sueños realidad – el publico maracucho le canto el cumpleaños al maestro. Sin lugar donde esconder su cara de pena, se dispuso a iniciar con temas desconocidos por algunos y otros no, de partituras complejas (Tchaikovsky, Dvorák y Castellanos) pero exquisitas al oído.
La euforia entre partitura y otra era asombrosa, al punto que teniamos la confusión de no saber si estaba mos en un concierto de los Menudos o el de un Maestro de orquesta sinfónica. Lo cierto fue que, la algarabía fue desde el principio hasta el final. Distintas manifestaciones artísticas y musicales previas y posterior al concierto también engalanaron el esperado inicio. Vocal Song, Huascar Barradas, los Zagalines del Padre Vilchez, Quinto Criollo y una participación especial de Enmanuel Acurero, quien junto a la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar interpretó el Concierto para Violonchelo y Orquesta de Dvorák.
Entre gritos de, ¡te amo, Dudamel¡ y aplausos terminaba el recital con el agradecimiento de la orquesta y el Maestro Gustavo Dudamel, el cielo se dispuso para ser honores con fuegos artificiales (contaminantes) de un concierto inigualable hasta hoy día.
Por: CNP: 17.361 / LA RED VEIS
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